jueves, 24 de mayo de 2012

Un paciente multidisciplinar

Definición de multidisciplinar: conjunto de personas con diferentes formaciones académicas y experiencias profesionales, que operan en grupo, durante un tiempo determinado, abocados a resolver un problema complejo, es decir, tienen un objetivo común.

Una vez definido este término y por razones obvias he llegado a la conclusión de que el diabético es un paciente multidisciplinar. ¿Por qué digo esto? Porque de repente el diabético, sin comerlo ni beberlo, si quiere llevar un control óptimo de su alteración metábolica tiene que entender de un conjunto de nuevas disciplinas relacionadas directas e indirectamentes con el control de su diabetes.

A saber.

1. Matemáticas. El diabético tiene que controlar las matemáticas, no importa que las suspendiera de pequeño o da igual que no hayas hecho una regla de tres en tu vida, porque a partir de ahora serán el pan tuyo de cada día. Así, mientras unos leen nombres de cereales y precios para ahorrarse unos eurillos en las etiquetas de los envases, tú estarás buscando cifras con décimales en el apartado de los HC para dividir entre 1000 y obtener así la rídicula cantidad, en muchos casos, que podrás comer de dicho producto. Tendrás, por tanto, que manejar al "dedillo", divisiones, multiplaciones, reglas de tres, etc. Todo ello esencial si quieres conocer tu factor de sensibilidad, número de raciones, etc. Así, que ya sabes ponte al día con las matemáticas o estás perdido.

2. Nutrición y dietética. De repente, el diabético se convertirá en todo un experto en el mundo de la nutrición y la diética. Sabrá de calorías, de grasas o lípidos, proteínas y sobre todo, de su compenente estrella los Hidratos de Carbono. Conocerá el proceso de metabolización de los alimentos, el ritmo de  absorción de las grasas, vamos que el diabético acabará perfectamente cualificado para trabajar en cualquier centro Natur House y sin pasar por ninguna escuela universtaria que lo acredite, ya que su mejor experiencia será la sufrida en sus propias carnes, cada día.

3. Deporte. El diabético entenderá de deporte, de cuál es la mejor actividad física, la que más grasa y energía consume, de ejercios aeróbicos, de ejercicios anaeróbicos, de resistencias, cargas. De las mejores horas para realizar deporte, de los deportes no recomendados, de los suplementos adecuados. Además, el diabético conocerá, como alternar períodos de descanso con actividad física y cuáles son las bebidas energéticas más adecuadas para la recuperación tras la actividad física. Todo un crak.

4. Psicología. El diabético también entenderá de psicología, por supuesto. Términos como superación, lucha, fuerza para huir de los prejuicios, aceptación, retos, integrar vida diabética y vida normal, valorar, vivir el día a día, aceptar lo que se tiene, no enfandarse con el glucómetro, autocontrol, empatía, etc. Es decir, el diabético tiene que estar dotado de una "cabecita privilegiada" que le permita lidiar con los problemas del día a día, a la vez que le permita llevar una autocontrol y disciplina para cuidar su condición. Vamos que el diabético tiene que ser "cuasi perfecto".



5. Medicina. El diabético de repente se ve abocado a conocer una larga lista de términos, la mayoría terminados en "ías", que hasta la fecha desconocía: retinopatía, nefropatía, neuropatía, etc.Por no hablar de las hemoglobinas glicosiladas, los glucógenos, glucagónes, etc, etc, etc. Claro, sí en esto das con profesionales competentes que te allanen el camino, el "cum laude" en medicina está casi asegurado, si no, prepárate a gastarte euros en médicos privados, aunque ahora gracias a las nuevas tecnologías todo es más fácil.

6. Otros. Aquí en otros, añado lo que cada diabético elija, además, de lo mencionado anteriormente, of course. Porque claro a toda esta fuente de conocimientos cada uno elije su propio extra. Unos el periodismo, mi caso, otros el mundo de la ingeniería, otros la informática, otros la peluquería, otros la mecánica, otros la fontanería, la carpintería, o lo que cada cuál prefiera.

Por tanto, ¿Alguién da más?. Así que, a ver quién es el guapo ahora que discrimina a un diabético en alguna profesión o por algún motivo. Porque a ver quien reúne tantos atributos para saber de tantas disciplinas y en tiempo record. Por todo ello, fuera prejuicios y con la cabeza bien alta porque lo valemos.

domingo, 20 de mayo de 2012

Vida "dulce", vida "normal"

La diabetes es larga, tanto como tu vida lo requiera y a este respecto cuanto más mejor. Por ello, y como toda vida, conlleva sus momentos tristes y alegres. Uno de los pensamientos más recurrentes que tengo en mi vida diabética es el cansancio de compatibilizar la parte "dulce" con la parte "normal". Especialmente, en esos días en los que la parte "normal" también se siente cansada y no tiene ganas ni energía de dedicar su tiempo a la parte "dulce". 

En esos días en los que los problemas cotidianos son una carga pesada y encima tú tienes que sumar hidratos, bajar o incrementar unidades, hacer ejercicio, porque sabes que si no lo haces esos problemas de la parte "normal" aún pueden ir  a peor. Pero los diabéticos no somos máquinas, ni robots y también fallamos, nos sentimos cansados, tenemos ganas de comer más, de dormir más horas, de movernos menos pero claro vivimos pendientes de unas cifras permanentemente.


Unas cifras, que siempre marcan nuestro bienestar físico y mental, por ello y por mucho que queramos, ni aún en estos días de cansancio vital, las podemos obviar. Así que fuerza y a continuar....


sábado, 12 de mayo de 2012

Me encanta ser diabética

Sí, tras 17 años puedo decir a boca llena que me gusta ser diabética. Me hace valorar la vida de otra manera. Comer de forma sana y equilibrada. Estar en contacto con gente estupenda. Ha marcado mi personalidad. Ha contribuido a que tenga buen sentido del humor y refinada ironía, porque en el fondo me ha hecho saber que nada es tan importante como la propia vida y estar bien con uno mismo. Y esto que parece obvio para muchos, muy pocos llevan a la práctica.

Tener diabetes me ha hecho superar bastantes retos en mi vida y afrontar cosas que posiblemente de otra manera tal vez no lo hubiese hecho. Gracias a la diabetes tengo un conocimiento sobre nutrición que ya quisieran muchos endocrinos. Puedo llevar una vida equilibrada y ordenada a la que tantas veces me he sublevado pero que cuando la acepto y acato me proporciona mucha felicidad. Porque la diabetes no incapacita si la cuidas como debes o si lo intentas al menos.


Gracias a la diabetes, sé que puedo enfrentarme a cualquier situación de mi vida, que no me rindo ante tonterías, que las metas las marco yo, aceptando los límites, pero sin doblegarme a ellos. Me ha hecho tener un conocimiento exhaustivo de mi persona que estoy segura que de otra forma no tendría. La diabetes me ha permitido no ir sin rumbo por la vida. Sino coger las riendas de mi vida.

Me gusta pincharme, contar raciones, hidratos, medir grasas porque es la vida que conozco y la que me ha tocado. No quiero otra sino ésta con diabetes, medidores de glucosa, glicosiladas, hipoglucemias que me dejan planchada en el sofá e hiperglucemias que me hacen ver borroso durante tres días seguidos. Pero por más que me cueste y duela siempre pondré mi sonrisa, la mayor de mis virtudes, y tiraré hacia delante.

No me pararé siquiera a pensar si algún día la diabetes se curará porque eso es vivir en un futuro que no me permitiría disfrutar este mi maravilloso presente. Así que, gracias diabetes y gracias vida.

viernes, 11 de mayo de 2012

Del dicho al hecho

A menudo, todos recurrimos a frases, dichos o proverbios que suenan maravillosamente bien cuando los escuchamos, por primera vez, pero que se nos olvidan con relativa facilidad.

Por ello, en esta entrada he decido hacer un recopilatorio de frases, dichos, probervios o refranes que me sirven en muchos momentos y que me las repito en mi cabeza en situaciones difíciles para huir de tentaciones que puedan poner en peligro el equilibrio diabético que tanto me está costando lograr. Todas ellas se pueden aplicar a la vida, en general, y por supuesto, a la diabetes, en particular, que es lo que nos atañe en este blog.

Ahí van algunas que de vez en cuando conviene recordar.

- "Cuando un problema es muy grande y parece que no tiene solución, no olvidemos que es posible comer un elefante se se lo divide en trozos suficientemente pequeños".

- "Lo que distingue al sabio del obstinado es la capacidad de pensar diferente hoy de ayer".

- "Mi hogar es mi castillo". Necesitamos construir un castillo de conocimiento y motivación; eso nos permitirá convivir con la diabetes y su tratamiento, sintiéndonos seguros y cómodos.

- "Es tiempo de sustituir los viejos errores por otros más modernos".

- "Debemos ser humildes ya que lo que hoy consideramos un conocimiento fundamentado, puede mañana resultar algo muy diferente".

- "Contra pereza diligencia".

Para finalizar quiero resaltar que el conocimiento y la confianza en nosotros mismos es la mejor armadura para protegernos contra la ignorancia y prejuicios que hay acerca de esta alteración del sistema metabólico y que la valoración por encima de todo de nuestra propia vida y de ésta, nuestra compañera, será nuestra mayor garantía para no rendirnos nunca ante las diabetes y luchar para encontrarnos mejor día a día.

PD: Todos estos proverbios están sacados de un maravilloso libro que ha caído en mis manos titulado DIABETES TIPO 1 EN NIÑOS, ADOLESCENTES Y ADULTOS JÓVENES. Ragnar Hanas, Médico especialista en diabetes pediátrica.

Os recomiendo esta obra porque la considero un libro de cabecera que cualquier diabético que se precie debería tener.



domingo, 6 de mayo de 2012

Automanipulaciones diabéticas

¿Quién no ha pensado en tirar la batalla en algún momento? y de hecho, ¿quién no lo ha tirado en alguna ocasión? Yo lo pienso casi a diario, e incluso, lo hago más de una vez. Para ello, cualquier excusa que nos damos a nosotros mismos puede ser válida. No he conseguido superar esa entrevista de trabajo que tanta ilusión me hacía, no he pasado el examen con la nota que quería, me lo he pasado peor de lo que esperaba, he tenido una discusión con alguna persona a la que aprecio...

El caso es que cualquier excusa puede ser válida para no cumplir con los cuidados que requiere la diabetes, si esto, en el fondo, es lo que vamos buscando. Pero tenemos que tener mucho cuidado con este tema. Porque la diabetes la podemos manipular negativamente en dos direcciones: una para justificar no hacer ciertas cosas en nuestra vida y no cumplir ciertas metas con aquello de "es que como soy diabético no puedo hacerlo". Cuando, de sobra sabemos, que con diabetes o sin ella, el conseguir metas depende de uno mismo y dificultades hay para todo el mundo. No vale que nos digamos es que "si no fuera diabético sería más fácil". Ese error lo tenemos que sacar de la cabeza, porque sin ser conscientes ya nos está predisponiendo negativamente hacia "nuestra amiga" y, consecuentemente, a los cuidados hacia ella.

O bien, también la podemos manipular negativamente para hacer lo que queremos. Es decir, total como soy diabético para que me voy a esforzar en cuidarme si voy a tener problemas de todas formas. O también podemos pensar que como no voy a estar nunca con las glucemias perfectas para qué me voy a esmerar (esto en el caso de personalidades perfeccionistas puede ser un gran problema).

 En este sentido, podemos entrar en una espiral de hastío, cuando no logramos los objetivos que queremos conseguir, y hacer que nos rindamos. No lo vamos a negar, es cansado tener hipoglucemias, hiperglucemias, cumplir con horarios, raciones... Y además, muchas veces, aún haciendo las cosas bien estamos mal, pero en este caso tenemos que pensar que ¿qué sería de nosotros si no las hiciéramos bien?.

En definitiva, no podemos olvidar que siempre lo más importante somos nosotros mismos, que los cuidados de hoy son nuestra calidad de vida del mañana y que un diabético "nunca puede autoengañarse" pues siempre el mayor perdedor será él mismo.

Para los que nos caemos más de una vez, dejo esta frase final para llevarla a la práctica: "Lo que distingue al sabio del obstinado es la capacidad de pensar diferente hoy de ayer".

miércoles, 2 de mayo de 2012

Hacer o no la excepción, he ahí la cuestión

Ni efecto del alba, ni efecto somogyi, ni luna de miel, ni contar media ración de más o media de menos, ni grasas de absorción lenta ni reservas de glucógeno en el hígado. Lo que de verdad altera las glucemias es nuestra cabeza y los pensamientos que nos guían a actuar de una forma u otra ante la diabetes.

La lucha entre "el quiero y no puedo", el debate interior entre "lo que debo hacer y lo que hago", la vacilación entre "el sí pero no" y la dicotomía continua entre "hacer la excepción o no hacerla". Porque todos sabemos que, aunque nos encantaría, no podemos repetidamente justificar nuestros caprichitos con aquella frase típica de "es que hoy es una excepción".

Pues excepciones continuadas pueden convertirse en rutinas indeseadas y terminar en desastres. Por todo ello, para afrontar bien la diabetes día a día "tenemos que tener siempre la cabezita a nuestro favor". Huir de manipulaciones autojustificativas para hacer lo que no debemos, imponernos a lo que nos gustaría para hacer lo que debemos.

Esta misión, unos días, será más difícil y otros más fácil, según como lo enfoquemos y las circunstancias que nos rodeen. Lo mejor es hacerlo de forma positiva y teniendo una vida en la que intentemos llenar nuestros huecos en ningún caso con estrategias que dañen nuestra diabetes. Sino buscando motivaciones que nos aporten cosas positivas para ella.

No olvidemos, que por muchas insulinas rápidas, lispro, análogos, bombas, medidores continuos y avances que surjan en el ámbito de la diabetes, nunca gozaremos de una libertad total como la que dispone un no diabético. Disponemos, eso sí, de una flexibilidad controlada. Ahí está la clave, en ese control que tanto cuesta aceptar, seguir y encajar. Porque nuestros horarios, raciones, ejercicio, mediciones de glucosa e inyecciones de insulina a sus horas pertinenentes o cambios de catéter los tendremos que hacer siempre. Alterar estas variables nos hace susceptibles en nuestro control glucémico y en consecuencia, en nuestra vida.

Así, que ánimo, esperanza, paciencia, fuerza, tesón, voluntad y recordad: "nunca es tarde para hacer lo correcto" y menos en la diabetes. Además, mientras más continuadas son las conductas correctas más se automatizan hasta que acaban saliendo de forma natural. Por eso nunca hay que rendirse.