Según la RAE, “valorar” puede tener varias acepciones: 1.
señalar el precio de algo 2. reconocer, estimar o apreciar el valor o mérito de
algo o alguien 3. valorizar o aumentar el valor de algo.
Cuando tenemos todo, dinero, salud, amigos, casa,
coche, trabajo, todo eso en lo que a menudo no nos paramos a pensar la mayoría
de los mortales, la palabra “valorar” no tiene cabida en nuestra vida. Sin
embargo, cuando falla alguna de esas patas, entonces amigo/a, ahí sí que ya
empiezan los problemas, los verdaderos quebraderos de cabeza.
Por ello, para
hacerles frente es importante valorar lo que tenemos, porque sólo cuando algo
nos falte mediante esta valoración podremos salir adelante de cualquier
situación, valorando cada momento, cada detalle, cada gesto, cada palabra. Sólo
así podremos ser felices y sentirnos plenos.
En el caso de un diabético esta valoración es imprescindible,
sin ella es imposible afrontar la condición de la diabetes de una forma natural
y positiva, y aunque esta valoración es dura, frustrante e incomprensible para
muchos, sin ella nunca llegaremos a una plenitud diabética. Y no hay mejor
valoración que la que hace uno de su propio ser.
Porque es imposible quererte cuidar, querer cumplir con planes alimenticios, con planes de ejercicios si no valoras tu actual estado de
salud, si no valoras que lo que tienes ahora es mucho, es todo pese a que no te
gusta.
De acuerdo, no te agrada pincharte, ¿verdad?. A mi tampoco. No te gusta,
no comer lo que te apetece cuando
quieres, a mí tampoco. No te gusta hacer ejercicio cuando, a veces, te
apetecería estar tirado en el sofá, a mi tampoco. Pero siempre tienes que
encontrar un hilo de fuerza para seguir hacia delante. Algo que te empuje. Y
ese empuje viene de valorar lo que tenemos, sea mucho o sea poco, sea un páncreas
con el péptido C funcionando al 50 al 60 o al 30 por ciento.
Valorando una
condición de vida en la que lo mismo te dan hipoglucemias de quedarte en 50 que
en 40 incluso habiéndolo hecho todo a pie juntillas, o en la que te pones en 350
en menos que canta un gallo. En una condición de vida en la que pocos realmente te entienden de verdad y muchos te quieren dar lecciones de moralidad sobre lo fácil que es llevar una vida con
diabetes porque total hoy día todo el mundo está a dieta. JAJAJA y me río y
me vuelvo a reír porque lo mismo es estar a dieta por gusto un mes al año a que
te digan que de por vida tienes que controlar la alimentación.
Porque lo mismo es estar a dieta por gusto y por presumir,
que tener que controlar subidas y bajadas continuas y con la espada de Damocles
de las complicaciones agudas a corto y medio plazo. Pero claro, tendrás que
escuchar aquello de.....uy “pues yo tampoco veo tan difícil eso de llevar la
diabetes, total lo único que tienes que hacer es no comer dulces y ya está”.
Claro, que sí. Pero cuando tú valoras en tu interior todo,
cada minúscula porción de vida, de detalle, de gesto, de actitud, de lucha, de
objetivo, incluso del no conseguido, ahí está la recompensa. Esto no es nada
fácil, y nadie dijo que lo fuera pero para eso tenemos toda
la vida para practicarlo para valorarnos, controlarnos a nosotros, nuestra diabetes
y volverlo a intentar, una y otra vez. Así que ánimo y hacia delante!
Muy cierto Rosario! Así que acompañarnos y apoyarnos en este largo recorrido.
ResponderEliminarSaludos desde Venezuela,
Rocío Rauseo
Desde luego que sí, compañera de recorrido.
EliminarGracias por leerme y saludos desde el otro lado del charco,
Rosario Marín
Guau! No tengo palabras... Me encanta la entrada!
ResponderEliminarNagore, buena parte de lo que hay aquí te lo dedico a ti, que sé que eres toda una luchadora también. Además, ya sabes que me encanta la forma en la que has afrontado a esta compañera de viaje y me gustan mucho tus comentarios.
EliminarUn beso fuerte y gracias por leerme y apoyarme virtualmente ;)