martes, 11 de diciembre de 2012

De diabéticos a nochesevillistas


Recuerdo una vez, cuando era pequeña, que mi tío - que era muy dado a los trabalenguas y juego de palabras - se me quedó mirándome muy seriamente y me preguntó si sabía lo que teníamos que hacer los diabéticos para dejar de serlo. Yo, muy sorprendida y preguntándome que si por fin mi tío cura había encontrado, valga la redundancia, “cura” para la diabetes, le contesté que no lo sabía y le pregunté que qué era lo que, según él, teníamos que hacer los diabéticos para no volver a serlo nunca más. Él rotundo y tajante me dijo que la solución era que los diabéticos nos tendríamos que hacer nochesevillistas y, así, dejaríamos de ser diabéticos.

La verdad es que la ocurrencia fue buena y provocó una amplia sonrisa en mi boca. Ojalá fuera tan fácil, ¿verdad famila de dulces?. Seguro que si ese fuera el remedio, más de uno se sacaba el abono del Sevilla FC o incluso, si fuese necesario hasta seríamos como los vampiros por aquello de la noche...Mientras tanto, seguiremos viviendo de día y con el kit de insulina, raciones de carbohidratos, glucagón, etc bien a mano por lo que pueda pasar.



PD: Dedicado a mi tío, que en paz descanse y que tan buenas ocurrencias tuvo en vida.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Diabetes y redes sociales: Un matrimonio muy bien avenido


La diabetes y las redes sociales forman un matrimonio muy bien avenido y que ha fortalecido su relación en los últimos tiempos. Y ¿por qué?. Pues, porque cuando a una persona le diagnostican diabetes el sentimiento de compartir experiencias con otros que viven situaciones parecidas es muy importante. Y a través de estas redes sociales, foros, páginas webs, redes sociales privadas o blogs es posible compartir estas situaciones y hablar de hiper, hipo, glucagón o tiras reactivas sin sentirte extraño por ello. Además, para los más tímidos o más reacios a la enfermedad también le permiten contar sus temores que quizás en persona o a sus familiares no se atreverían hacer.

Internet, en este sentido, puede ser un buen instrumento para aliviar el sentido de soledad y desazón que puede producir una condición de vida crónica como la diabetes; ya que, como he destacado anteriormente, “compartir experiencias y sentirse respaldado ayuda a sobrellevar la carga”.

Personalmente, cuando me diagnosticaron diabetes tipo 1, hace aproximadamente 17 años, la única fuente de información que tuve en esos momentos - que fue fantástica, dicho sea de paso- fue la de mi educador diabetólogo y mi endocrino. Pues, Internet y google no estaban por entonces en mi cabeza ni en la realidad diaria de la mayoría de la población. Pero a día de hoy, tengo que decir que, gracias a estos foros especializados en diabetes, soy usuaria de una bomba de insulina, sin la cual el control de mi diabetes sería tremendamente complicado. A través de un foro de Internet conocí la existencia de estos dispositivos así como sus beneficios, cosa que anteriormente no había tenido ocasión de hacer porque mi médico nunca me había informado de las bombas de insulina. Así, cuando llegué a la consulta con toda la información adquirida por mi cuenta y valoramos la situación me puse la bomba de insulina, que tan bien me ha venido.

Y no sólo eso, sino que gracias a estas redes sociales he conocido a otros diabéticos con los que comparto diariamente información o consejos sobre planes de alimentación, recetas, tipos de insulina, ejercicios e, incluso, más allá de eso también hablamos de nuestras cotidianidades, nos reímos de la situaciones que, en ocasiones, nos suceden y son ciertamente curiosas, y en definitiva, compartimos toda una serie de anécdotas que nos hacen más llevaderas nuestras rutinas diabéticas.



Por tanto, las redes sociales, foros, internet, blogs etc bien utilizados pueden ser un gran complemento para llevar mejor el día a día con la diabetes. Aunque como todo en la vida también hay que hacer un uso responsable de ellas y tener en cuenta que no siempre toda la información que encontremos o personas con las que nos “cruzaremos” vía online serán beneficiosas. Pero esto es igual que en la vida real. Y por ello tenemos que ser selectivos tanto, con las personas, como con la información hallada. Al respecto, siempre tenemos primar nuestro sentido común y tener en cuanta que, en última instancia, cualquier cambio en nuestro tratamiento deberá estar supervisado por nuestro equipo médico, que son los que nos conocen y los que tienen el control junto con nosotros mismos de nuestra diabetes.

jueves, 20 de septiembre de 2012

A mi hermana

Considero que el apoyo familiar en la vida de cualquier persona es muy importante pero cuando tienes que hacer frente a una condición de vida, valga la redundancia, crónica como la diabetes, éste es imprescindible.

Mi entrada de blog va dedicada a una persona esencial en mi vida y que desde un primer momento ha hecho frente a mi diabetes de la forma más inteligente que se puede hacer, es decir, desde la aceptación y el reconocimiento de ella en lugar de la negación y ocultación.

Pese a ser  la más pequeña de edad, mi hermana captó rápidamente la normalidad que se necesita para integrar la diabetes en la vida diaria de la forma más sencilla posible y poder así llevar una vida normal dentro de las particularidades y cuidados que la diabetes requiere.

Este gesto siempre se lo agradecí. Me entendió cuando estaba mal. Me apoyó en lo bueno y en lo malo. Me acompañó siempre que lo necesité y todo ello sin pedirme nada a cambio. Por el contrario, todo con una amplia sonrisa y grandes muestras siempre de cariño y buen hacer.

Por todo ello, jamás dejaré de estarle tremendamente agradecida, pues, como digo todos necesitan su "ángel de la guarda" para hacer frente a la diabetes y por momentos, ella fue el mío.

Gracias Mara. Te quiero.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El hambre diabético


Si algo caracteriza a la mayoría de los diabéticos es la continua sensación de hambre que tienen. Pero para colmo de males y como todos ellos saben si algo forma parte de su tratamiento es el control de la alimentación. Y nos guste o no, no podemos comer todo lo que nos gustaría cuando nos gustaría. Es cierto, que con los nuevos tratamientos las cosas han mejorado mucho. Las insulinas ultrarrápidas cuya actuación empiezan a los 10 minutos de ser inyectadas nos han facilitado mucho la posibilidad de comer azúcares de rápida absorción, lo que ha hecho la delicia de los más golosos.


Asimismo, las bombas de insulina con sus bolus duales o cuadradados han posibilitado también la ingesta de pizzas y grasas de absorción lenta en mayores cantidades. Pero, no nos equivoquemos, todo esto por mucho que nos flexibilice la alimentación, NUNCA nos permitará comer lo que nos de la gana, cuando nos de la gana y en la cantidad que nos de la gana.


Como decía al inicio, ese control de la alimentación es contrapuesto a la sensación física y mental de "hambre" que tiene el diabético durante todo el día. Hambre mental en el sentido que todo lo prohibido ya te genera "ir contracorriente" y cuando te dicen que no puedes hacer algo te dan más ganas de hacerlo. Aunque ahora, con el plan por raciones la alimentación del diabético ha cambiado mucho.


Digo física, en el sentido que, el diabético siempre tiene hambre por un motivo u otro. Si tiene una hipoglucemia sus células están faltas de glucosa, de alimento y, en consecuencia, a nivel físico devoras y tienes que hacer reales esfuerzos para no comerte una "vaca rellena de pajaritos" y optar por la fruta o el zumo natural, en lugar de por el bollycao y la palmera de chocolate, cuyo efecto rebote e hiperglucemiante sabemos que será mucho peor y contraproducente para nuestra salud.


Si tenemos una hiperglucemia, significa que nuestra concentración de glucosa en sangre es elevada, con lo cual, nos está faltando la energía que nuestras células necesitan para realizar sus actividades normales. Consecuentemente, volvemos a estar hambrientos porque nuestra nuestras células nos vuelven a pedir comida. En esta ocasión, tenemos que volvernos a controlar otra vez porque si tenemos el azúcar alta en sangre no podemos añadir más comida para que suba aún más.


Tan sólo estaremos "tranquilos" cuando estemos en normoglucemia y esto también es muy relativo porque como seamos de picoteo o de pagar nuestros problemas de ansiedad con comida, el autocontrol está nuevamente amenazado. Por tanto, hambre, hambre y más hambre es una de las sensaciones casi continuas con las que tiene que lidiar un diabético y el autocontrol, una vez más, su cuerda de equilibrista sobre la que caminar.


No obstante, con una buena educación, firmeza, seguridad en ti mismo, autoestima, confianza, y buenos apoyos todo se puede conseguir en esta labor diaria del autocontrol diabético.

martes, 14 de agosto de 2012

Javier Hurtado: "Constancia, paciencia y entender que las caídas son normales.Tenemos que sentirnos orgullosos por nuestro esfuerzo, no sólo por los resultados"



Javier Hurtado es psicólogo clínico y está especializado en la aplicación de la psicología y patologías médicas. Tiene el título de Experto universitario en Educación Diabetológica y de Educador en Diabetes. Es miembro del Grupo de Estudio de Educación Terapéutica de la SED (Sociedad Española de Diabetes) y es miembro del grupo de expertos que elaboró el II Plan Integral par la Diabetes de la Junta de Andalucía (2009-2013). Además, Javier Hurtado ejerce una labor divulgativa como redactor de la sección Vida Sana de revista Diabetes de la Sed. 



1. ¿Se puede ser feliz conviviendo con una enfermedad crónica como la diabetes?

Por supuesto que se puede ser feliz. La felicidad depende de muchos más factores que el padecer o no una enfermedad como la diabetes. Podemos encontrar personas con diabetes que son felices, al igual que personas sin diabetes que no lo son, por lo tanto, la clave no es la patología. Una actitud personal adecuada y la forma de cómo afrontar los problemas de la vida son clave para conseguir o no ser felices. De todas formas, la felicidad es una cuestión efímera, momentánea, así que incluso teniendo diabetes se puede ser feliz en muchos momentos. Hay que buscarlos, encontrarlos y reconocerlos. Si sólo nos fijamos en lo negativo que nos ocurre, rara vez distinguiremos un momento de felicidad. 


2. ¿Se pude lograr la felicidad cuando en muchos momentos nos viene a nuestra cabeza el negro horizonte de las complicaciones asociadas a la diabetes? ¿Cómo evitar estos pensamientos?

Sí, sin lugar a dudas. Tener conocimiento de que se pueden desarrollar complicaciones a largo plazo por un mal control puede angustiar en algún momento, pero si hacemos todo lo que esté en nuestra mano por estar bien y cuidarnos tendremos ganado gran parte de nuestro objetivo. Hoy en día existen multitud de alternativas para afrontar los problemas que puedan surgir de padecer una diabetes. ¿Cómo evitar los pensamientos? Primero valorando si son correctos o no (pensar que vamos a tener un negro futuro de per sé es partir de una premisa falsa). Y si se repiten mucho habrá que cambiarlos por otras afirmaciones, incluso verbalizándolas en voz alta, que sean objetivas y nos reafirmen en el punto exacto de gravedad o no. Además, siempre se puede acudir a ayuda profesional en los casos en que sea necesario. 

3. ¿Cómo evitar la culpabilidad cuando estas complicaciones nos las estamos buscando nosotros mismos por ser incapaces de cumplir con el tratamiento? 

Me haría unas preguntas: ¿sirve de algo el sentirme culpable? ¿Realmente lo soy o hay cosas que se escapan de mi control? Si me estoy buscando yo el problema, ¿por qué? ¿Es que no se hacerlo, no quiero o no puedo?, y si no quiero, ¿por qué no quiero? A partir de las respuestas a estas cuestiones me plantearía comenzar de nuevo. Lo importante no es si soy responsable o no de lo que me está ocurriendo, sino saber qué puedo hacer a partir de este justo momento para estar lo mejor posible. Y si no lo sé o lo necesito, acudir a mi equipo médico para que me oriente en todo instante. 

4. ¿Cuáles son las claves para vivir el día a día y no frustrarnos cuando, a pesar de nuestros autocuidados, no logramos los objetivos deseados? Es decir, ¿cómo conseguir llevar un buen control de la enfermedad pese a las múltiples caídas?


Constancia, paciencia, más constancia y entender que las caídas son normales. Levantarnos y seguir aprendiendo para que no vuelva a suceder. Tenemos que sentirnos orgullosos y satisfechos por nuestro esfuerzo, no sólo por los resultados obtenidos de los mismos. Como personas no podemos controlarlo todo, ojalá fuera posible. Hay cosas que se nos escapan, pero si hemos trabajado y nos seguimos esforzando día a día, nuestra parte del trabajo está hecha. La perfección no existe, así que cualquier esfuerzo, por pequeño que sea, será estupendo para nosotros. Si a pesar de nuestro esfuerzo, no conseguimos los objetivos nos quedan 2 alternativas: uno, los objetivos están mal puestos, no son correctos; y dos, puede que me esté esforzando pero no sepa hacerlo bien, me falten conocimientos o hay cosas que se me escapan. 


5. Es cierto, que tener una enfermedad crónica y en este caso diabetes, hace que aumente nuestro nivel de ansiedad. ¿Hay casos en los que incluso sería recomendable tratamiento farmacológico?


Por supuesto que puede pasar. Cuando el nivel de ansiedad es muy elevado, e impide llevar a cabo una vida más o menos normal, puede estar indicado, siempre bajo supervisión médica estricta, el tomar algún fármaco que nos ayude a controlar esa ansiedad. Pero no dejaría de lado el apoyo psicológico, para intentar averiguar a qué se puede deber y cómo afrontarlas situaciones que nos generan ansiedad, y el apoyo de la práctica de deporte o disciplinas como el yoga y la relajación. 


6. En su opinión y por los casos de personas que ha atendido en su trayectoria profesional, cambia la percepción y valoración de la vida las personas que tienen diabetes.


Por lo general no. La percepción y valoración de la vida de una persona depende de muchos factores, personales y de vivencias, pero el tener diabetes no suele ser determinante. Lo que sí ocurre es que si la persona en sí ya tiene, por ejemplo, una visión pesimista y alarmista de la vida, el tener diabetes lo potenciará. Una persona vital y optimista lo seguirá siendo incluso con diabetes. Encontramos, además, que la percepción varía con el tiempo de evolución de la enfermedad, de manera que con los años y la experiencia la percepción es más equilibrada. 


7. ¿Cómo influyen los distintos tipos de personalidades en el cuidado de la diabetes? Es decir, las personas ansiosas, compulsivas o más perfeccionistas o más exigentes cumplen mejor o peor con el tratamiento. ¿Existe una relación entre un tipo de personalidad y el cumplimiento de los autocuidados o son las circunstancias personales y la educación lo que favorecen que el autocontrol sea mejor?


Este es un campo muy estudiado en psicología. ¿Influye la personalidad en el seguimiento de los tratamientos en patologías médicas? La respuesta es sí, pero es muy complejo como para quedarnos con una contestación tan simple. Desde el punto de vista de la psicología el objetivo no es solo cumplir con el tratamiento, sino mantener un equilibrio entre ese cumplimiento y ser feliz o mantener una buena calidad de vida. ¿De qué nos serviría cumplir todo a rajatabla si ello nos impide seguir una vida más o menos normal? Aun siendo la personalidad una base importante, la educación y distintas circunstancias externas pueden influir de distinta manera en la evolución. 


8. Puede éste ser un pensamiento recurrente de las personalidades perfeccionistas y exigentes: “Como nunca voy a estar en normoglucemia no me cuido, pues como no voy a evitar complicaciones ni lo intento”

Puede ser, cierto, pero se parte de premisas incorrectas que creemos ciertas, sirviéndonos de excusa para no esforzarnos. Yo intentaría responder a: ¿Por qué crees que nunca vas a estar en normoglucemia? ¿Cómo lo has intentado antes? ¿Qué resultados has obtenido? ¿qué necesitas para estar algo mejor? Lo que presentas en la pregunta se parece a otra afirmación que suelen usar las personas mayores: “con el hambre que he pasado, ahora no voy a privarme de nada con dietas”. Bien, una cosa no quita la otra, y simplemente es una excusa o se valora como “dieta excesivamente estricta” a algo que en el fondo no se conoce. A las personas perfeccionistas les diría que la perfección no existe, así que habrá que plantearse objetivos algo más alcanzables y flexibles. 


9. ¿Cuáles son las edades más problemáticas para el cumplimiento de los cuidados diabéticos?

Cada edad tiene su complicación. Posiblemente la adolescencia sea la más difícil ya que la persona está en evolución y debe encontrar un equilibrio entre su independencia, los padres y las exigencias sociales de su grupo de iguales. De todas formas, podemos encontrar problemas de cumplimiento a cualquier edad. 


10. ¿Cree que la crisis actual y el panorama de incertidumbre está incrementado el grado de incertidumbre y ansiedad en los diabéticos?


Claro que sí, como en todo el mundo. Las personas con diabetes no estamos en una burbuja donde nada nos afecta salvo lo concerniente a la enfermedad. Te remito a un artículo que escribí en la revista Diabetes de hace un par de números. 


11. Claves para llevar una vida diabética plena y más feliz.

Primero, no tenemos que llevar una vida diabética feliz, sino “una vida feliz con diabetes”. 
¿La diabetes nos puede impedir ser felices? La respuesta es no. Si creemos que es sí, es porque hay algo que estamos valorando mal y como cierto. 

Plantearnos objetivos pequeños, poco a poco, para llegar lejos. Tener paciencia y constancia, y sentirnos satisfechos por los esfuerzos, no por los resultados. Intentar hacer todo lo que nos guste, adecuándolo a nuestros cuidados diarios, y pedir ayuda médica si no sabemos hacerlo solos. 

Y terminaría con 2 preguntas: 

¿Qué necesitas para ser feliz? 

¿Qué puedes hacer tú para conseguirlo? ¿Hay algo que te lo impida? 



Muchas gracias y un cordial saludo. 

jueves, 2 de agosto de 2012

Valorar para vivir y vivir para valorar




Según la RAE, “valorar” puede tener varias acepciones: 1. señalar el precio de algo 2. reconocer, estimar o apreciar el valor o mérito de algo o alguien 3. valorizar o aumentar el valor de algo.

Cuando tenemos todo, dinero, salud, amigos, casa, coche, trabajo, todo eso en lo que a menudo no nos paramos a pensar la mayoría de los mortales, la palabra “valorar” no tiene cabida en nuestra vida. Sin embargo, cuando falla alguna de esas patas, entonces amigo/a, ahí sí que ya empiezan los problemas, los verdaderos quebraderos de cabeza.

Por ello, para hacerles frente es importante valorar lo que tenemos, porque sólo cuando algo nos falte mediante esta valoración podremos salir adelante de cualquier situación, valorando cada momento, cada detalle, cada gesto, cada palabra. Sólo así podremos ser felices y sentirnos plenos.

En el caso de un diabético esta valoración es imprescindible, sin ella es imposible afrontar la condición de la diabetes de una forma natural y positiva, y aunque esta valoración es dura, frustrante e incomprensible para muchos, sin ella nunca llegaremos a una plenitud diabética. Y no hay mejor valoración que la que hace uno de su propio ser.

Porque es imposible quererte cuidar, querer cumplir con planes alimenticios, con planes de ejercicios si no valoras tu actual estado de salud, si no valoras que lo que tienes ahora es mucho, es todo pese a que no te gusta. 

De acuerdo, no te agrada pincharte, ¿verdad?. A mi tampoco. No te gusta, no comer lo que te apetece cuando quieres, a mí tampoco. No te gusta hacer ejercicio cuando, a veces, te apetecería estar tirado en el sofá, a mi tampoco. Pero siempre tienes que encontrar un hilo de fuerza para seguir hacia delante. Algo que te empuje. Y ese empuje viene de valorar lo que tenemos, sea mucho o sea poco, sea un páncreas con el péptido C funcionando al 50 al 60 o al 30 por ciento.


Valorando una condición de vida en la que lo mismo te dan hipoglucemias de quedarte en 50 que en 40 incluso habiéndolo hecho todo a pie juntillas, o en la que te pones en 350 en menos que canta un gallo. En una condición de vida en la que pocos realmente te entienden de verdad y muchos te quieren dar lecciones de moralidad sobre lo fácil que es llevar una vida con diabetes porque total hoy día todo el mundo está a dieta. JAJAJA y me río y me vuelvo a reír porque lo mismo es estar a dieta por gusto un mes al año a que te digan que de por vida tienes que controlar la alimentación.

Porque lo mismo es estar a dieta por gusto y por presumir, que tener que controlar subidas y bajadas continuas y con la espada de Damocles de las complicaciones agudas a corto y medio plazo. Pero claro, tendrás que escuchar aquello de.....uy “pues yo tampoco veo tan difícil eso de llevar la diabetes, total lo único que tienes que hacer es no comer dulces y ya está”.

Claro, que sí. Pero cuando tú valoras en tu interior todo, cada minúscula porción de vida, de detalle, de gesto, de actitud, de lucha, de objetivo, incluso del no conseguido, ahí está la recompensa. Esto no es nada fácil, y nadie dijo que lo fuera pero para eso tenemos toda la vida para practicarlo para valorarnos, controlarnos a nosotros, nuestra diabetes y volverlo a intentar, una y otra vez. Así que ánimo y hacia delante!



martes, 17 de julio de 2012

Do you ready to fight? / ¿Preparado para luchar?



Today is a new day forward. Ready to start the fight again?

Esta bonita frase en inglés de la Federación Internacional de Diabetes http://www.idf.org/ me ha dado el "pie" para hacer esta entrada de blog. La frase dice "hoy es un nuevo reto. ¿Preparado para comenzar la lucha de nuevo? Esta es la máxima diabética que todos nos debemos aplicar para afrontar ilusionantemente esta condición de vida y para que los errores del ayer no se repitan hoy.

Así que preparados, listos y a continuar...

jueves, 24 de mayo de 2012

Un paciente multidisciplinar

Definición de multidisciplinar: conjunto de personas con diferentes formaciones académicas y experiencias profesionales, que operan en grupo, durante un tiempo determinado, abocados a resolver un problema complejo, es decir, tienen un objetivo común.

Una vez definido este término y por razones obvias he llegado a la conclusión de que el diabético es un paciente multidisciplinar. ¿Por qué digo esto? Porque de repente el diabético, sin comerlo ni beberlo, si quiere llevar un control óptimo de su alteración metábolica tiene que entender de un conjunto de nuevas disciplinas relacionadas directas e indirectamentes con el control de su diabetes.

A saber.

1. Matemáticas. El diabético tiene que controlar las matemáticas, no importa que las suspendiera de pequeño o da igual que no hayas hecho una regla de tres en tu vida, porque a partir de ahora serán el pan tuyo de cada día. Así, mientras unos leen nombres de cereales y precios para ahorrarse unos eurillos en las etiquetas de los envases, tú estarás buscando cifras con décimales en el apartado de los HC para dividir entre 1000 y obtener así la rídicula cantidad, en muchos casos, que podrás comer de dicho producto. Tendrás, por tanto, que manejar al "dedillo", divisiones, multiplaciones, reglas de tres, etc. Todo ello esencial si quieres conocer tu factor de sensibilidad, número de raciones, etc. Así, que ya sabes ponte al día con las matemáticas o estás perdido.

2. Nutrición y dietética. De repente, el diabético se convertirá en todo un experto en el mundo de la nutrición y la diética. Sabrá de calorías, de grasas o lípidos, proteínas y sobre todo, de su compenente estrella los Hidratos de Carbono. Conocerá el proceso de metabolización de los alimentos, el ritmo de  absorción de las grasas, vamos que el diabético acabará perfectamente cualificado para trabajar en cualquier centro Natur House y sin pasar por ninguna escuela universtaria que lo acredite, ya que su mejor experiencia será la sufrida en sus propias carnes, cada día.

3. Deporte. El diabético entenderá de deporte, de cuál es la mejor actividad física, la que más grasa y energía consume, de ejercios aeróbicos, de ejercicios anaeróbicos, de resistencias, cargas. De las mejores horas para realizar deporte, de los deportes no recomendados, de los suplementos adecuados. Además, el diabético conocerá, como alternar períodos de descanso con actividad física y cuáles son las bebidas energéticas más adecuadas para la recuperación tras la actividad física. Todo un crak.

4. Psicología. El diabético también entenderá de psicología, por supuesto. Términos como superación, lucha, fuerza para huir de los prejuicios, aceptación, retos, integrar vida diabética y vida normal, valorar, vivir el día a día, aceptar lo que se tiene, no enfandarse con el glucómetro, autocontrol, empatía, etc. Es decir, el diabético tiene que estar dotado de una "cabecita privilegiada" que le permita lidiar con los problemas del día a día, a la vez que le permita llevar una autocontrol y disciplina para cuidar su condición. Vamos que el diabético tiene que ser "cuasi perfecto".



5. Medicina. El diabético de repente se ve abocado a conocer una larga lista de términos, la mayoría terminados en "ías", que hasta la fecha desconocía: retinopatía, nefropatía, neuropatía, etc.Por no hablar de las hemoglobinas glicosiladas, los glucógenos, glucagónes, etc, etc, etc. Claro, sí en esto das con profesionales competentes que te allanen el camino, el "cum laude" en medicina está casi asegurado, si no, prepárate a gastarte euros en médicos privados, aunque ahora gracias a las nuevas tecnologías todo es más fácil.

6. Otros. Aquí en otros, añado lo que cada diabético elija, además, de lo mencionado anteriormente, of course. Porque claro a toda esta fuente de conocimientos cada uno elije su propio extra. Unos el periodismo, mi caso, otros el mundo de la ingeniería, otros la informática, otros la peluquería, otros la mecánica, otros la fontanería, la carpintería, o lo que cada cuál prefiera.

Por tanto, ¿Alguién da más?. Así que, a ver quién es el guapo ahora que discrimina a un diabético en alguna profesión o por algún motivo. Porque a ver quien reúne tantos atributos para saber de tantas disciplinas y en tiempo record. Por todo ello, fuera prejuicios y con la cabeza bien alta porque lo valemos.

domingo, 20 de mayo de 2012

Vida "dulce", vida "normal"

La diabetes es larga, tanto como tu vida lo requiera y a este respecto cuanto más mejor. Por ello, y como toda vida, conlleva sus momentos tristes y alegres. Uno de los pensamientos más recurrentes que tengo en mi vida diabética es el cansancio de compatibilizar la parte "dulce" con la parte "normal". Especialmente, en esos días en los que la parte "normal" también se siente cansada y no tiene ganas ni energía de dedicar su tiempo a la parte "dulce". 

En esos días en los que los problemas cotidianos son una carga pesada y encima tú tienes que sumar hidratos, bajar o incrementar unidades, hacer ejercicio, porque sabes que si no lo haces esos problemas de la parte "normal" aún pueden ir  a peor. Pero los diabéticos no somos máquinas, ni robots y también fallamos, nos sentimos cansados, tenemos ganas de comer más, de dormir más horas, de movernos menos pero claro vivimos pendientes de unas cifras permanentemente.


Unas cifras, que siempre marcan nuestro bienestar físico y mental, por ello y por mucho que queramos, ni aún en estos días de cansancio vital, las podemos obviar. Así que fuerza y a continuar....


sábado, 12 de mayo de 2012

Me encanta ser diabética

Sí, tras 17 años puedo decir a boca llena que me gusta ser diabética. Me hace valorar la vida de otra manera. Comer de forma sana y equilibrada. Estar en contacto con gente estupenda. Ha marcado mi personalidad. Ha contribuido a que tenga buen sentido del humor y refinada ironía, porque en el fondo me ha hecho saber que nada es tan importante como la propia vida y estar bien con uno mismo. Y esto que parece obvio para muchos, muy pocos llevan a la práctica.

Tener diabetes me ha hecho superar bastantes retos en mi vida y afrontar cosas que posiblemente de otra manera tal vez no lo hubiese hecho. Gracias a la diabetes tengo un conocimiento sobre nutrición que ya quisieran muchos endocrinos. Puedo llevar una vida equilibrada y ordenada a la que tantas veces me he sublevado pero que cuando la acepto y acato me proporciona mucha felicidad. Porque la diabetes no incapacita si la cuidas como debes o si lo intentas al menos.


Gracias a la diabetes, sé que puedo enfrentarme a cualquier situación de mi vida, que no me rindo ante tonterías, que las metas las marco yo, aceptando los límites, pero sin doblegarme a ellos. Me ha hecho tener un conocimiento exhaustivo de mi persona que estoy segura que de otra forma no tendría. La diabetes me ha permitido no ir sin rumbo por la vida. Sino coger las riendas de mi vida.

Me gusta pincharme, contar raciones, hidratos, medir grasas porque es la vida que conozco y la que me ha tocado. No quiero otra sino ésta con diabetes, medidores de glucosa, glicosiladas, hipoglucemias que me dejan planchada en el sofá e hiperglucemias que me hacen ver borroso durante tres días seguidos. Pero por más que me cueste y duela siempre pondré mi sonrisa, la mayor de mis virtudes, y tiraré hacia delante.

No me pararé siquiera a pensar si algún día la diabetes se curará porque eso es vivir en un futuro que no me permitiría disfrutar este mi maravilloso presente. Así que, gracias diabetes y gracias vida.

viernes, 11 de mayo de 2012

Del dicho al hecho

A menudo, todos recurrimos a frases, dichos o proverbios que suenan maravillosamente bien cuando los escuchamos, por primera vez, pero que se nos olvidan con relativa facilidad.

Por ello, en esta entrada he decido hacer un recopilatorio de frases, dichos, probervios o refranes que me sirven en muchos momentos y que me las repito en mi cabeza en situaciones difíciles para huir de tentaciones que puedan poner en peligro el equilibrio diabético que tanto me está costando lograr. Todas ellas se pueden aplicar a la vida, en general, y por supuesto, a la diabetes, en particular, que es lo que nos atañe en este blog.

Ahí van algunas que de vez en cuando conviene recordar.

- "Cuando un problema es muy grande y parece que no tiene solución, no olvidemos que es posible comer un elefante se se lo divide en trozos suficientemente pequeños".

- "Lo que distingue al sabio del obstinado es la capacidad de pensar diferente hoy de ayer".

- "Mi hogar es mi castillo". Necesitamos construir un castillo de conocimiento y motivación; eso nos permitirá convivir con la diabetes y su tratamiento, sintiéndonos seguros y cómodos.

- "Es tiempo de sustituir los viejos errores por otros más modernos".

- "Debemos ser humildes ya que lo que hoy consideramos un conocimiento fundamentado, puede mañana resultar algo muy diferente".

- "Contra pereza diligencia".

Para finalizar quiero resaltar que el conocimiento y la confianza en nosotros mismos es la mejor armadura para protegernos contra la ignorancia y prejuicios que hay acerca de esta alteración del sistema metabólico y que la valoración por encima de todo de nuestra propia vida y de ésta, nuestra compañera, será nuestra mayor garantía para no rendirnos nunca ante las diabetes y luchar para encontrarnos mejor día a día.

PD: Todos estos proverbios están sacados de un maravilloso libro que ha caído en mis manos titulado DIABETES TIPO 1 EN NIÑOS, ADOLESCENTES Y ADULTOS JÓVENES. Ragnar Hanas, Médico especialista en diabetes pediátrica.

Os recomiendo esta obra porque la considero un libro de cabecera que cualquier diabético que se precie debería tener.



domingo, 6 de mayo de 2012

Automanipulaciones diabéticas

¿Quién no ha pensado en tirar la batalla en algún momento? y de hecho, ¿quién no lo ha tirado en alguna ocasión? Yo lo pienso casi a diario, e incluso, lo hago más de una vez. Para ello, cualquier excusa que nos damos a nosotros mismos puede ser válida. No he conseguido superar esa entrevista de trabajo que tanta ilusión me hacía, no he pasado el examen con la nota que quería, me lo he pasado peor de lo que esperaba, he tenido una discusión con alguna persona a la que aprecio...

El caso es que cualquier excusa puede ser válida para no cumplir con los cuidados que requiere la diabetes, si esto, en el fondo, es lo que vamos buscando. Pero tenemos que tener mucho cuidado con este tema. Porque la diabetes la podemos manipular negativamente en dos direcciones: una para justificar no hacer ciertas cosas en nuestra vida y no cumplir ciertas metas con aquello de "es que como soy diabético no puedo hacerlo". Cuando, de sobra sabemos, que con diabetes o sin ella, el conseguir metas depende de uno mismo y dificultades hay para todo el mundo. No vale que nos digamos es que "si no fuera diabético sería más fácil". Ese error lo tenemos que sacar de la cabeza, porque sin ser conscientes ya nos está predisponiendo negativamente hacia "nuestra amiga" y, consecuentemente, a los cuidados hacia ella.

O bien, también la podemos manipular negativamente para hacer lo que queremos. Es decir, total como soy diabético para que me voy a esforzar en cuidarme si voy a tener problemas de todas formas. O también podemos pensar que como no voy a estar nunca con las glucemias perfectas para qué me voy a esmerar (esto en el caso de personalidades perfeccionistas puede ser un gran problema).

 En este sentido, podemos entrar en una espiral de hastío, cuando no logramos los objetivos que queremos conseguir, y hacer que nos rindamos. No lo vamos a negar, es cansado tener hipoglucemias, hiperglucemias, cumplir con horarios, raciones... Y además, muchas veces, aún haciendo las cosas bien estamos mal, pero en este caso tenemos que pensar que ¿qué sería de nosotros si no las hiciéramos bien?.

En definitiva, no podemos olvidar que siempre lo más importante somos nosotros mismos, que los cuidados de hoy son nuestra calidad de vida del mañana y que un diabético "nunca puede autoengañarse" pues siempre el mayor perdedor será él mismo.

Para los que nos caemos más de una vez, dejo esta frase final para llevarla a la práctica: "Lo que distingue al sabio del obstinado es la capacidad de pensar diferente hoy de ayer".

miércoles, 2 de mayo de 2012

Hacer o no la excepción, he ahí la cuestión

Ni efecto del alba, ni efecto somogyi, ni luna de miel, ni contar media ración de más o media de menos, ni grasas de absorción lenta ni reservas de glucógeno en el hígado. Lo que de verdad altera las glucemias es nuestra cabeza y los pensamientos que nos guían a actuar de una forma u otra ante la diabetes.

La lucha entre "el quiero y no puedo", el debate interior entre "lo que debo hacer y lo que hago", la vacilación entre "el sí pero no" y la dicotomía continua entre "hacer la excepción o no hacerla". Porque todos sabemos que, aunque nos encantaría, no podemos repetidamente justificar nuestros caprichitos con aquella frase típica de "es que hoy es una excepción".

Pues excepciones continuadas pueden convertirse en rutinas indeseadas y terminar en desastres. Por todo ello, para afrontar bien la diabetes día a día "tenemos que tener siempre la cabezita a nuestro favor". Huir de manipulaciones autojustificativas para hacer lo que no debemos, imponernos a lo que nos gustaría para hacer lo que debemos.

Esta misión, unos días, será más difícil y otros más fácil, según como lo enfoquemos y las circunstancias que nos rodeen. Lo mejor es hacerlo de forma positiva y teniendo una vida en la que intentemos llenar nuestros huecos en ningún caso con estrategias que dañen nuestra diabetes. Sino buscando motivaciones que nos aporten cosas positivas para ella.

No olvidemos, que por muchas insulinas rápidas, lispro, análogos, bombas, medidores continuos y avances que surjan en el ámbito de la diabetes, nunca gozaremos de una libertad total como la que dispone un no diabético. Disponemos, eso sí, de una flexibilidad controlada. Ahí está la clave, en ese control que tanto cuesta aceptar, seguir y encajar. Porque nuestros horarios, raciones, ejercicio, mediciones de glucosa e inyecciones de insulina a sus horas pertinenentes o cambios de catéter los tendremos que hacer siempre. Alterar estas variables nos hace susceptibles en nuestro control glucémico y en consecuencia, en nuestra vida.

Así, que ánimo, esperanza, paciencia, fuerza, tesón, voluntad y recordad: "nunca es tarde para hacer lo correcto" y menos en la diabetes. Además, mientras más continuadas son las conductas correctas más se automatizan hasta que acaban saliendo de forma natural. Por eso nunca hay que rendirse.




jueves, 29 de marzo de 2012

Los pinchazos que no se ven


La diabetes es una enfermedad a veces comprendida y a veces no, la mayoría. Por desconocimiento, desinterés, miedo, pereza, lejanía, infinidad de motivos, como ocurre con todas las cosas.
Lo que pasa es que cuando te toca a ti, todo cambia. Es una alteración del sistema metabólico, que para bien o para mal, te cambia la vida. Todo depende de la actitud con la que la afrontes, las circunstancias que te rodeen y los daños colaterales que conlleve. Esto es genérico también para cualquier cosa en la vida.
Lo que sí está claro, es que el ser diabético incluye muchas veces un sentimiento de soledad, difícilmente describible que sólo lo entiende otro diabético.

 Te sientes solo cuando te da una hipoglucemia y devoras cualquier comida ante la mirada atónica de los que te rodean; cuando tienes una hiper y te sientes tan enojado con el mundo que gritarías a cualquiera que pasar por tu lado; cuando tienes que comer a tus horas y ves que por el motivo que sea no puedes hacerlo; cuando tu cabeza no puede dejar de contar hidratos y unidades de insulina; cuando te  sientes vulnerable porque has hecho ejercicio y sientes que te flaquean las fuerzas y puedes estar sufriendo una hipoglucemia. En definitiva, son mucha las situaciones que pueden hacer sentirte mal y diferente.

La diabetes requiere disciplina, voluntad, constancia, optimismo, tesón, esperanza, lucha y toda una serie de valores, nada cotizables en nuestra sociedad pero imprescindibles para convivir con nuestra amiga. Porque está claro que la diabetes o la tienes de amiga o de enemiga te puede puede hacer mucha pupa, a nivel físico y psicológico.

Por ello, considero imprescindible que junto a endocrinos, enfermeros, cuidadores, y demás personal sanitario, el diabético pudiera contar en su equipo médico con un psicólogo, para esos  momentos de soledad, inseguridad, frustración, miedo que siente muchas veces en su camino. Porque esta es una batalla dura y sobre todo, larga. No obstante, con optimismo y valentía siempre salimos adelante. Pues, nos va la vida en ello.