domingo, 24 de marzo de 2013

Rutinas diabéticas: Domingo de Ramos

A partir de ahora iniciaré una serie de posts dedicados a narrar mi día a día como diabética. ¿Qué hago? ¿Cómo afecta a mis glucosas? ¿Cómo lo arreglo? ¿Qué me dan ganas de hacer? ¿Si pienso que lo hago bien, mal o regular?

En fin, iré dando detalle de aquellas cosas que os ayuden también a vosotros a aprender de mi experiencia.

Ahí vamos.

Es Domingo de Ramos, 24 de marzo del 2013. Son las 7.30 horas y tengo 263. La causa son los dos yougures con cereales que me tomé antes de acostarme a las 2.00 de la madrugada. Mal pero hay que arreglarlo y no pensar en lo hecho

Me pincho 2 unidades y no como nada. Sigo durmiendo hasta las 11.00 .Control de 200. Es hora de desayunar. Me tomo 3 raciones HC y el bolus wizard me calcula un bolus de 2.9.

Me voy a andar y a las 2 horas me repito control capilar y veo un 172. Bien, sigo andando otro rato más. A las 14.30 el control de antes del almuerzo es de 78.  Tomo 5 raciones de HC y la bomba me calcula un bolus de 3.1.

A las dos horas me repito control y tengo 117. Bien he conseguido revertir la situación de por la mañana. Me encuentro mucho mejor

Antes de cenar me hago un control 127 y programo bomba para 4 unidades, me pongo un bolus de 2,8. Cuando me haga el post cena dos horas después ya veré.

No ha terminado mal lo que comenzó regular. Así que bueno con calma, ánimo y buen hacer podemos revertir cualquier mala situación.

Mañana será otro día. 

martes, 11 de diciembre de 2012

De diabéticos a nochesevillistas


Recuerdo una vez, cuando era pequeña, que mi tío - que era muy dado a los trabalenguas y juego de palabras - se me quedó mirándome muy seriamente y me preguntó si sabía lo que teníamos que hacer los diabéticos para dejar de serlo. Yo, muy sorprendida y preguntándome que si por fin mi tío cura había encontrado, valga la redundancia, “cura” para la diabetes, le contesté que no lo sabía y le pregunté que qué era lo que, según él, teníamos que hacer los diabéticos para no volver a serlo nunca más. Él rotundo y tajante me dijo que la solución era que los diabéticos nos tendríamos que hacer nochesevillistas y, así, dejaríamos de ser diabéticos.

La verdad es que la ocurrencia fue buena y provocó una amplia sonrisa en mi boca. Ojalá fuera tan fácil, ¿verdad famila de dulces?. Seguro que si ese fuera el remedio, más de uno se sacaba el abono del Sevilla FC o incluso, si fuese necesario hasta seríamos como los vampiros por aquello de la noche...Mientras tanto, seguiremos viviendo de día y con el kit de insulina, raciones de carbohidratos, glucagón, etc bien a mano por lo que pueda pasar.



PD: Dedicado a mi tío, que en paz descanse y que tan buenas ocurrencias tuvo en vida.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Diabetes y redes sociales: Un matrimonio muy bien avenido


La diabetes y las redes sociales forman un matrimonio muy bien avenido y que ha fortalecido su relación en los últimos tiempos. Y ¿por qué?. Pues, porque cuando a una persona le diagnostican diabetes el sentimiento de compartir experiencias con otros que viven situaciones parecidas es muy importante. Y a través de estas redes sociales, foros, páginas webs, redes sociales privadas o blogs es posible compartir estas situaciones y hablar de hiper, hipo, glucagón o tiras reactivas sin sentirte extraño por ello. Además, para los más tímidos o más reacios a la enfermedad también le permiten contar sus temores que quizás en persona o a sus familiares no se atreverían hacer.

Internet, en este sentido, puede ser un buen instrumento para aliviar el sentido de soledad y desazón que puede producir una condición de vida crónica como la diabetes; ya que, como he destacado anteriormente, “compartir experiencias y sentirse respaldado ayuda a sobrellevar la carga”.

Personalmente, cuando me diagnosticaron diabetes tipo 1, hace aproximadamente 17 años, la única fuente de información que tuve en esos momentos - que fue fantástica, dicho sea de paso- fue la de mi educador diabetólogo y mi endocrino. Pues, Internet y google no estaban por entonces en mi cabeza ni en la realidad diaria de la mayoría de la población. Pero a día de hoy, tengo que decir que, gracias a estos foros especializados en diabetes, soy usuaria de una bomba de insulina, sin la cual el control de mi diabetes sería tremendamente complicado. A través de un foro de Internet conocí la existencia de estos dispositivos así como sus beneficios, cosa que anteriormente no había tenido ocasión de hacer porque mi médico nunca me había informado de las bombas de insulina. Así, cuando llegué a la consulta con toda la información adquirida por mi cuenta y valoramos la situación me puse la bomba de insulina, que tan bien me ha venido.

Y no sólo eso, sino que gracias a estas redes sociales he conocido a otros diabéticos con los que comparto diariamente información o consejos sobre planes de alimentación, recetas, tipos de insulina, ejercicios e, incluso, más allá de eso también hablamos de nuestras cotidianidades, nos reímos de la situaciones que, en ocasiones, nos suceden y son ciertamente curiosas, y en definitiva, compartimos toda una serie de anécdotas que nos hacen más llevaderas nuestras rutinas diabéticas.



Por tanto, las redes sociales, foros, internet, blogs etc bien utilizados pueden ser un gran complemento para llevar mejor el día a día con la diabetes. Aunque como todo en la vida también hay que hacer un uso responsable de ellas y tener en cuenta que no siempre toda la información que encontremos o personas con las que nos “cruzaremos” vía online serán beneficiosas. Pero esto es igual que en la vida real. Y por ello tenemos que ser selectivos tanto, con las personas, como con la información hallada. Al respecto, siempre tenemos primar nuestro sentido común y tener en cuanta que, en última instancia, cualquier cambio en nuestro tratamiento deberá estar supervisado por nuestro equipo médico, que son los que nos conocen y los que tienen el control junto con nosotros mismos de nuestra diabetes.

jueves, 20 de septiembre de 2012

A mi hermana

Considero que el apoyo familiar en la vida de cualquier persona es muy importante pero cuando tienes que hacer frente a una condición de vida, valga la redundancia, crónica como la diabetes, éste es imprescindible.

Mi entrada de blog va dedicada a una persona esencial en mi vida y que desde un primer momento ha hecho frente a mi diabetes de la forma más inteligente que se puede hacer, es decir, desde la aceptación y el reconocimiento de ella en lugar de la negación y ocultación.

Pese a ser  la más pequeña de edad, mi hermana captó rápidamente la normalidad que se necesita para integrar la diabetes en la vida diaria de la forma más sencilla posible y poder así llevar una vida normal dentro de las particularidades y cuidados que la diabetes requiere.

Este gesto siempre se lo agradecí. Me entendió cuando estaba mal. Me apoyó en lo bueno y en lo malo. Me acompañó siempre que lo necesité y todo ello sin pedirme nada a cambio. Por el contrario, todo con una amplia sonrisa y grandes muestras siempre de cariño y buen hacer.

Por todo ello, jamás dejaré de estarle tremendamente agradecida, pues, como digo todos necesitan su "ángel de la guarda" para hacer frente a la diabetes y por momentos, ella fue el mío.

Gracias Mara. Te quiero.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El hambre diabético


Si algo caracteriza a la mayoría de los diabéticos es la continua sensación de hambre que tienen. Pero para colmo de males y como todos ellos saben si algo forma parte de su tratamiento es el control de la alimentación. Y nos guste o no, no podemos comer todo lo que nos gustaría cuando nos gustaría. Es cierto, que con los nuevos tratamientos las cosas han mejorado mucho. Las insulinas ultrarrápidas cuya actuación empiezan a los 10 minutos de ser inyectadas nos han facilitado mucho la posibilidad de comer azúcares de rápida absorción, lo que ha hecho la delicia de los más golosos.


Asimismo, las bombas de insulina con sus bolus duales o cuadradados han posibilitado también la ingesta de pizzas y grasas de absorción lenta en mayores cantidades. Pero, no nos equivoquemos, todo esto por mucho que nos flexibilice la alimentación, NUNCA nos permitará comer lo que nos de la gana, cuando nos de la gana y en la cantidad que nos de la gana.


Como decía al inicio, ese control de la alimentación es contrapuesto a la sensación física y mental de "hambre" que tiene el diabético durante todo el día. Hambre mental en el sentido que todo lo prohibido ya te genera "ir contracorriente" y cuando te dicen que no puedes hacer algo te dan más ganas de hacerlo. Aunque ahora, con el plan por raciones la alimentación del diabético ha cambiado mucho.


Digo física, en el sentido que, el diabético siempre tiene hambre por un motivo u otro. Si tiene una hipoglucemia sus células están faltas de glucosa, de alimento y, en consecuencia, a nivel físico devoras y tienes que hacer reales esfuerzos para no comerte una "vaca rellena de pajaritos" y optar por la fruta o el zumo natural, en lugar de por el bollycao y la palmera de chocolate, cuyo efecto rebote e hiperglucemiante sabemos que será mucho peor y contraproducente para nuestra salud.


Si tenemos una hiperglucemia, significa que nuestra concentración de glucosa en sangre es elevada, con lo cual, nos está faltando la energía que nuestras células necesitan para realizar sus actividades normales. Consecuentemente, volvemos a estar hambrientos porque nuestra nuestras células nos vuelven a pedir comida. En esta ocasión, tenemos que volvernos a controlar otra vez porque si tenemos el azúcar alta en sangre no podemos añadir más comida para que suba aún más.


Tan sólo estaremos "tranquilos" cuando estemos en normoglucemia y esto también es muy relativo porque como seamos de picoteo o de pagar nuestros problemas de ansiedad con comida, el autocontrol está nuevamente amenazado. Por tanto, hambre, hambre y más hambre es una de las sensaciones casi continuas con las que tiene que lidiar un diabético y el autocontrol, una vez más, su cuerda de equilibrista sobre la que caminar.


No obstante, con una buena educación, firmeza, seguridad en ti mismo, autoestima, confianza, y buenos apoyos todo se puede conseguir en esta labor diaria del autocontrol diabético.

martes, 14 de agosto de 2012

Javier Hurtado: "Constancia, paciencia y entender que las caídas son normales.Tenemos que sentirnos orgullosos por nuestro esfuerzo, no sólo por los resultados"



Javier Hurtado es psicólogo clínico y está especializado en la aplicación de la psicología y patologías médicas. Tiene el título de Experto universitario en Educación Diabetológica y de Educador en Diabetes. Es miembro del Grupo de Estudio de Educación Terapéutica de la SED (Sociedad Española de Diabetes) y es miembro del grupo de expertos que elaboró el II Plan Integral par la Diabetes de la Junta de Andalucía (2009-2013). Además, Javier Hurtado ejerce una labor divulgativa como redactor de la sección Vida Sana de revista Diabetes de la Sed. 



1. ¿Se puede ser feliz conviviendo con una enfermedad crónica como la diabetes?

Por supuesto que se puede ser feliz. La felicidad depende de muchos más factores que el padecer o no una enfermedad como la diabetes. Podemos encontrar personas con diabetes que son felices, al igual que personas sin diabetes que no lo son, por lo tanto, la clave no es la patología. Una actitud personal adecuada y la forma de cómo afrontar los problemas de la vida son clave para conseguir o no ser felices. De todas formas, la felicidad es una cuestión efímera, momentánea, así que incluso teniendo diabetes se puede ser feliz en muchos momentos. Hay que buscarlos, encontrarlos y reconocerlos. Si sólo nos fijamos en lo negativo que nos ocurre, rara vez distinguiremos un momento de felicidad. 


2. ¿Se pude lograr la felicidad cuando en muchos momentos nos viene a nuestra cabeza el negro horizonte de las complicaciones asociadas a la diabetes? ¿Cómo evitar estos pensamientos?

Sí, sin lugar a dudas. Tener conocimiento de que se pueden desarrollar complicaciones a largo plazo por un mal control puede angustiar en algún momento, pero si hacemos todo lo que esté en nuestra mano por estar bien y cuidarnos tendremos ganado gran parte de nuestro objetivo. Hoy en día existen multitud de alternativas para afrontar los problemas que puedan surgir de padecer una diabetes. ¿Cómo evitar los pensamientos? Primero valorando si son correctos o no (pensar que vamos a tener un negro futuro de per sé es partir de una premisa falsa). Y si se repiten mucho habrá que cambiarlos por otras afirmaciones, incluso verbalizándolas en voz alta, que sean objetivas y nos reafirmen en el punto exacto de gravedad o no. Además, siempre se puede acudir a ayuda profesional en los casos en que sea necesario. 

3. ¿Cómo evitar la culpabilidad cuando estas complicaciones nos las estamos buscando nosotros mismos por ser incapaces de cumplir con el tratamiento? 

Me haría unas preguntas: ¿sirve de algo el sentirme culpable? ¿Realmente lo soy o hay cosas que se escapan de mi control? Si me estoy buscando yo el problema, ¿por qué? ¿Es que no se hacerlo, no quiero o no puedo?, y si no quiero, ¿por qué no quiero? A partir de las respuestas a estas cuestiones me plantearía comenzar de nuevo. Lo importante no es si soy responsable o no de lo que me está ocurriendo, sino saber qué puedo hacer a partir de este justo momento para estar lo mejor posible. Y si no lo sé o lo necesito, acudir a mi equipo médico para que me oriente en todo instante. 

4. ¿Cuáles son las claves para vivir el día a día y no frustrarnos cuando, a pesar de nuestros autocuidados, no logramos los objetivos deseados? Es decir, ¿cómo conseguir llevar un buen control de la enfermedad pese a las múltiples caídas?


Constancia, paciencia, más constancia y entender que las caídas son normales. Levantarnos y seguir aprendiendo para que no vuelva a suceder. Tenemos que sentirnos orgullosos y satisfechos por nuestro esfuerzo, no sólo por los resultados obtenidos de los mismos. Como personas no podemos controlarlo todo, ojalá fuera posible. Hay cosas que se nos escapan, pero si hemos trabajado y nos seguimos esforzando día a día, nuestra parte del trabajo está hecha. La perfección no existe, así que cualquier esfuerzo, por pequeño que sea, será estupendo para nosotros. Si a pesar de nuestro esfuerzo, no conseguimos los objetivos nos quedan 2 alternativas: uno, los objetivos están mal puestos, no son correctos; y dos, puede que me esté esforzando pero no sepa hacerlo bien, me falten conocimientos o hay cosas que se me escapan. 


5. Es cierto, que tener una enfermedad crónica y en este caso diabetes, hace que aumente nuestro nivel de ansiedad. ¿Hay casos en los que incluso sería recomendable tratamiento farmacológico?


Por supuesto que puede pasar. Cuando el nivel de ansiedad es muy elevado, e impide llevar a cabo una vida más o menos normal, puede estar indicado, siempre bajo supervisión médica estricta, el tomar algún fármaco que nos ayude a controlar esa ansiedad. Pero no dejaría de lado el apoyo psicológico, para intentar averiguar a qué se puede deber y cómo afrontarlas situaciones que nos generan ansiedad, y el apoyo de la práctica de deporte o disciplinas como el yoga y la relajación. 


6. En su opinión y por los casos de personas que ha atendido en su trayectoria profesional, cambia la percepción y valoración de la vida las personas que tienen diabetes.


Por lo general no. La percepción y valoración de la vida de una persona depende de muchos factores, personales y de vivencias, pero el tener diabetes no suele ser determinante. Lo que sí ocurre es que si la persona en sí ya tiene, por ejemplo, una visión pesimista y alarmista de la vida, el tener diabetes lo potenciará. Una persona vital y optimista lo seguirá siendo incluso con diabetes. Encontramos, además, que la percepción varía con el tiempo de evolución de la enfermedad, de manera que con los años y la experiencia la percepción es más equilibrada. 


7. ¿Cómo influyen los distintos tipos de personalidades en el cuidado de la diabetes? Es decir, las personas ansiosas, compulsivas o más perfeccionistas o más exigentes cumplen mejor o peor con el tratamiento. ¿Existe una relación entre un tipo de personalidad y el cumplimiento de los autocuidados o son las circunstancias personales y la educación lo que favorecen que el autocontrol sea mejor?


Este es un campo muy estudiado en psicología. ¿Influye la personalidad en el seguimiento de los tratamientos en patologías médicas? La respuesta es sí, pero es muy complejo como para quedarnos con una contestación tan simple. Desde el punto de vista de la psicología el objetivo no es solo cumplir con el tratamiento, sino mantener un equilibrio entre ese cumplimiento y ser feliz o mantener una buena calidad de vida. ¿De qué nos serviría cumplir todo a rajatabla si ello nos impide seguir una vida más o menos normal? Aun siendo la personalidad una base importante, la educación y distintas circunstancias externas pueden influir de distinta manera en la evolución. 


8. Puede éste ser un pensamiento recurrente de las personalidades perfeccionistas y exigentes: “Como nunca voy a estar en normoglucemia no me cuido, pues como no voy a evitar complicaciones ni lo intento”

Puede ser, cierto, pero se parte de premisas incorrectas que creemos ciertas, sirviéndonos de excusa para no esforzarnos. Yo intentaría responder a: ¿Por qué crees que nunca vas a estar en normoglucemia? ¿Cómo lo has intentado antes? ¿Qué resultados has obtenido? ¿qué necesitas para estar algo mejor? Lo que presentas en la pregunta se parece a otra afirmación que suelen usar las personas mayores: “con el hambre que he pasado, ahora no voy a privarme de nada con dietas”. Bien, una cosa no quita la otra, y simplemente es una excusa o se valora como “dieta excesivamente estricta” a algo que en el fondo no se conoce. A las personas perfeccionistas les diría que la perfección no existe, así que habrá que plantearse objetivos algo más alcanzables y flexibles. 


9. ¿Cuáles son las edades más problemáticas para el cumplimiento de los cuidados diabéticos?

Cada edad tiene su complicación. Posiblemente la adolescencia sea la más difícil ya que la persona está en evolución y debe encontrar un equilibrio entre su independencia, los padres y las exigencias sociales de su grupo de iguales. De todas formas, podemos encontrar problemas de cumplimiento a cualquier edad. 


10. ¿Cree que la crisis actual y el panorama de incertidumbre está incrementado el grado de incertidumbre y ansiedad en los diabéticos?


Claro que sí, como en todo el mundo. Las personas con diabetes no estamos en una burbuja donde nada nos afecta salvo lo concerniente a la enfermedad. Te remito a un artículo que escribí en la revista Diabetes de hace un par de números. 


11. Claves para llevar una vida diabética plena y más feliz.

Primero, no tenemos que llevar una vida diabética feliz, sino “una vida feliz con diabetes”. 
¿La diabetes nos puede impedir ser felices? La respuesta es no. Si creemos que es sí, es porque hay algo que estamos valorando mal y como cierto. 

Plantearnos objetivos pequeños, poco a poco, para llegar lejos. Tener paciencia y constancia, y sentirnos satisfechos por los esfuerzos, no por los resultados. Intentar hacer todo lo que nos guste, adecuándolo a nuestros cuidados diarios, y pedir ayuda médica si no sabemos hacerlo solos. 

Y terminaría con 2 preguntas: 

¿Qué necesitas para ser feliz? 

¿Qué puedes hacer tú para conseguirlo? ¿Hay algo que te lo impida? 



Muchas gracias y un cordial saludo. 

jueves, 2 de agosto de 2012

Valorar para vivir y vivir para valorar




Según la RAE, “valorar” puede tener varias acepciones: 1. señalar el precio de algo 2. reconocer, estimar o apreciar el valor o mérito de algo o alguien 3. valorizar o aumentar el valor de algo.

Cuando tenemos todo, dinero, salud, amigos, casa, coche, trabajo, todo eso en lo que a menudo no nos paramos a pensar la mayoría de los mortales, la palabra “valorar” no tiene cabida en nuestra vida. Sin embargo, cuando falla alguna de esas patas, entonces amigo/a, ahí sí que ya empiezan los problemas, los verdaderos quebraderos de cabeza.

Por ello, para hacerles frente es importante valorar lo que tenemos, porque sólo cuando algo nos falte mediante esta valoración podremos salir adelante de cualquier situación, valorando cada momento, cada detalle, cada gesto, cada palabra. Sólo así podremos ser felices y sentirnos plenos.

En el caso de un diabético esta valoración es imprescindible, sin ella es imposible afrontar la condición de la diabetes de una forma natural y positiva, y aunque esta valoración es dura, frustrante e incomprensible para muchos, sin ella nunca llegaremos a una plenitud diabética. Y no hay mejor valoración que la que hace uno de su propio ser.

Porque es imposible quererte cuidar, querer cumplir con planes alimenticios, con planes de ejercicios si no valoras tu actual estado de salud, si no valoras que lo que tienes ahora es mucho, es todo pese a que no te gusta. 

De acuerdo, no te agrada pincharte, ¿verdad?. A mi tampoco. No te gusta, no comer lo que te apetece cuando quieres, a mí tampoco. No te gusta hacer ejercicio cuando, a veces, te apetecería estar tirado en el sofá, a mi tampoco. Pero siempre tienes que encontrar un hilo de fuerza para seguir hacia delante. Algo que te empuje. Y ese empuje viene de valorar lo que tenemos, sea mucho o sea poco, sea un páncreas con el péptido C funcionando al 50 al 60 o al 30 por ciento.


Valorando una condición de vida en la que lo mismo te dan hipoglucemias de quedarte en 50 que en 40 incluso habiéndolo hecho todo a pie juntillas, o en la que te pones en 350 en menos que canta un gallo. En una condición de vida en la que pocos realmente te entienden de verdad y muchos te quieren dar lecciones de moralidad sobre lo fácil que es llevar una vida con diabetes porque total hoy día todo el mundo está a dieta. JAJAJA y me río y me vuelvo a reír porque lo mismo es estar a dieta por gusto un mes al año a que te digan que de por vida tienes que controlar la alimentación.

Porque lo mismo es estar a dieta por gusto y por presumir, que tener que controlar subidas y bajadas continuas y con la espada de Damocles de las complicaciones agudas a corto y medio plazo. Pero claro, tendrás que escuchar aquello de.....uy “pues yo tampoco veo tan difícil eso de llevar la diabetes, total lo único que tienes que hacer es no comer dulces y ya está”.

Claro, que sí. Pero cuando tú valoras en tu interior todo, cada minúscula porción de vida, de detalle, de gesto, de actitud, de lucha, de objetivo, incluso del no conseguido, ahí está la recompensa. Esto no es nada fácil, y nadie dijo que lo fuera pero para eso tenemos toda la vida para practicarlo para valorarnos, controlarnos a nosotros, nuestra diabetes y volverlo a intentar, una y otra vez. Así que ánimo y hacia delante!