domingo, 6 de mayo de 2012

Automanipulaciones diabéticas

¿Quién no ha pensado en tirar la batalla en algún momento? y de hecho, ¿quién no lo ha tirado en alguna ocasión? Yo lo pienso casi a diario, e incluso, lo hago más de una vez. Para ello, cualquier excusa que nos damos a nosotros mismos puede ser válida. No he conseguido superar esa entrevista de trabajo que tanta ilusión me hacía, no he pasado el examen con la nota que quería, me lo he pasado peor de lo que esperaba, he tenido una discusión con alguna persona a la que aprecio...

El caso es que cualquier excusa puede ser válida para no cumplir con los cuidados que requiere la diabetes, si esto, en el fondo, es lo que vamos buscando. Pero tenemos que tener mucho cuidado con este tema. Porque la diabetes la podemos manipular negativamente en dos direcciones: una para justificar no hacer ciertas cosas en nuestra vida y no cumplir ciertas metas con aquello de "es que como soy diabético no puedo hacerlo". Cuando, de sobra sabemos, que con diabetes o sin ella, el conseguir metas depende de uno mismo y dificultades hay para todo el mundo. No vale que nos digamos es que "si no fuera diabético sería más fácil". Ese error lo tenemos que sacar de la cabeza, porque sin ser conscientes ya nos está predisponiendo negativamente hacia "nuestra amiga" y, consecuentemente, a los cuidados hacia ella.

O bien, también la podemos manipular negativamente para hacer lo que queremos. Es decir, total como soy diabético para que me voy a esforzar en cuidarme si voy a tener problemas de todas formas. O también podemos pensar que como no voy a estar nunca con las glucemias perfectas para qué me voy a esmerar (esto en el caso de personalidades perfeccionistas puede ser un gran problema).

 En este sentido, podemos entrar en una espiral de hastío, cuando no logramos los objetivos que queremos conseguir, y hacer que nos rindamos. No lo vamos a negar, es cansado tener hipoglucemias, hiperglucemias, cumplir con horarios, raciones... Y además, muchas veces, aún haciendo las cosas bien estamos mal, pero en este caso tenemos que pensar que ¿qué sería de nosotros si no las hiciéramos bien?.

En definitiva, no podemos olvidar que siempre lo más importante somos nosotros mismos, que los cuidados de hoy son nuestra calidad de vida del mañana y que un diabético "nunca puede autoengañarse" pues siempre el mayor perdedor será él mismo.

Para los que nos caemos más de una vez, dejo esta frase final para llevarla a la práctica: "Lo que distingue al sabio del obstinado es la capacidad de pensar diferente hoy de ayer".

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