sábado, 12 de mayo de 2012

Me encanta ser diabética

Sí, tras 17 años puedo decir a boca llena que me gusta ser diabética. Me hace valorar la vida de otra manera. Comer de forma sana y equilibrada. Estar en contacto con gente estupenda. Ha marcado mi personalidad. Ha contribuido a que tenga buen sentido del humor y refinada ironía, porque en el fondo me ha hecho saber que nada es tan importante como la propia vida y estar bien con uno mismo. Y esto que parece obvio para muchos, muy pocos llevan a la práctica.

Tener diabetes me ha hecho superar bastantes retos en mi vida y afrontar cosas que posiblemente de otra manera tal vez no lo hubiese hecho. Gracias a la diabetes tengo un conocimiento sobre nutrición que ya quisieran muchos endocrinos. Puedo llevar una vida equilibrada y ordenada a la que tantas veces me he sublevado pero que cuando la acepto y acato me proporciona mucha felicidad. Porque la diabetes no incapacita si la cuidas como debes o si lo intentas al menos.


Gracias a la diabetes, sé que puedo enfrentarme a cualquier situación de mi vida, que no me rindo ante tonterías, que las metas las marco yo, aceptando los límites, pero sin doblegarme a ellos. Me ha hecho tener un conocimiento exhaustivo de mi persona que estoy segura que de otra forma no tendría. La diabetes me ha permitido no ir sin rumbo por la vida. Sino coger las riendas de mi vida.

Me gusta pincharme, contar raciones, hidratos, medir grasas porque es la vida que conozco y la que me ha tocado. No quiero otra sino ésta con diabetes, medidores de glucosa, glicosiladas, hipoglucemias que me dejan planchada en el sofá e hiperglucemias que me hacen ver borroso durante tres días seguidos. Pero por más que me cueste y duela siempre pondré mi sonrisa, la mayor de mis virtudes, y tiraré hacia delante.

No me pararé siquiera a pensar si algún día la diabetes se curará porque eso es vivir en un futuro que no me permitiría disfrutar este mi maravilloso presente. Así que, gracias diabetes y gracias vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario