miércoles, 2 de mayo de 2012

Hacer o no la excepción, he ahí la cuestión

Ni efecto del alba, ni efecto somogyi, ni luna de miel, ni contar media ración de más o media de menos, ni grasas de absorción lenta ni reservas de glucógeno en el hígado. Lo que de verdad altera las glucemias es nuestra cabeza y los pensamientos que nos guían a actuar de una forma u otra ante la diabetes.

La lucha entre "el quiero y no puedo", el debate interior entre "lo que debo hacer y lo que hago", la vacilación entre "el sí pero no" y la dicotomía continua entre "hacer la excepción o no hacerla". Porque todos sabemos que, aunque nos encantaría, no podemos repetidamente justificar nuestros caprichitos con aquella frase típica de "es que hoy es una excepción".

Pues excepciones continuadas pueden convertirse en rutinas indeseadas y terminar en desastres. Por todo ello, para afrontar bien la diabetes día a día "tenemos que tener siempre la cabezita a nuestro favor". Huir de manipulaciones autojustificativas para hacer lo que no debemos, imponernos a lo que nos gustaría para hacer lo que debemos.

Esta misión, unos días, será más difícil y otros más fácil, según como lo enfoquemos y las circunstancias que nos rodeen. Lo mejor es hacerlo de forma positiva y teniendo una vida en la que intentemos llenar nuestros huecos en ningún caso con estrategias que dañen nuestra diabetes. Sino buscando motivaciones que nos aporten cosas positivas para ella.

No olvidemos, que por muchas insulinas rápidas, lispro, análogos, bombas, medidores continuos y avances que surjan en el ámbito de la diabetes, nunca gozaremos de una libertad total como la que dispone un no diabético. Disponemos, eso sí, de una flexibilidad controlada. Ahí está la clave, en ese control que tanto cuesta aceptar, seguir y encajar. Porque nuestros horarios, raciones, ejercicio, mediciones de glucosa e inyecciones de insulina a sus horas pertinenentes o cambios de catéter los tendremos que hacer siempre. Alterar estas variables nos hace susceptibles en nuestro control glucémico y en consecuencia, en nuestra vida.

Así, que ánimo, esperanza, paciencia, fuerza, tesón, voluntad y recordad: "nunca es tarde para hacer lo correcto" y menos en la diabetes. Además, mientras más continuadas son las conductas correctas más se automatizan hasta que acaban saliendo de forma natural. Por eso nunca hay que rendirse.




2 comentarios:

  1. MUY BUENO. LO PRIMERO ES EL AUTOCONTROL Y COMO MUY BIEN DICES LA SERENIDAD Y VER EL LADO POSITIVO, PORQUE EN TODO, POR DIFICILES QUE SEAN LOS RETOS Y CIRCUNSTANCIAS TENEMOS ALGO POSITIVO EN LO QUE AMARRARNOS Y FIJARNOS, EN LO QUE DAR LAS GRACIAS POR TENER Y SEGUIR LUCHANDO. JAMÁS HAY QUE RENDIRSE.
    FELICIDADES.

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  2. Muchas gracias Leticia por tu comentario. Aunque también te digo que todo esto es mucho más fácil plasmarlo por escrito que llevarlo a la práctica.
    Un abrazo

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